Dormir acompañado, 101 cosas que Marc odia y yo completo

Junto con la bollería industrial, viajar en Business, el sexo sin amor y a poder ser sin pelos, (que no a pelo), las películas de Steven Seagal, la sonrisa de Rodrigo Rato, o ver a la tonta de Ana Botella equivocarse o a Aznar sin bigote (creo pensar que se lo afeitó para no parecerse al “bigotes” de la Trama Gürtel (que por cierto quiere decir cinturón), dormir sólo es uno de los mayores placeres de esta vida.

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Compartir cama resulta incómodo- sobre todo en verano- y totalmente antihigiénico:

  • pelillos a la mar,
  • virus que vienen y van,
  • patadas y fluidos sin control
  • pedos (yo nunca me los tiro sin poner luego la cabeza dentro de las sabanas rollo tienda de campaña para olerlos)
  • y un largo etc. de cosas extrañas de las cuales aunque mi padre sea un insigne medico, no quiero hablar.

 

además de muchísimas otras raras costumbres que tiene la gente como:

 

  • besarse antes de dormir,
  • quedarse dormidos con las gafas puestas (he oído que en estados unidos ha habido gente que se ha clavado las gafas de su co-durmiente en el pulmón provocándose así una perforación de este y por consiguiente una muerte por asfixia o pneumotorax)
  • ponerte los pies fríos sea en el estomago (en el caso de los que duerman con paticortas), o directamente en tus pies, (siempre protegidos por unos gordos calcetines de lana, sea invierno o verano) como seria mi caso dado las largas piernas de mi mujer.
  • O hablarte en medio de la noche, siempre entre las tres o las cuatro de temas variopintos como la tos de los niños, los ladrones, la falta de sueño, etc…cuando uno esta navegando en el limbo mas recóndito del oneirismo.

 

Además, no aguanto los sonidos corporales como:

  • el rechinar de dientes,
  • los borborigmos (esos detestables ruidos acuosos procedentes del intestino),http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcS7JZMBNhVaY-9Y7yPJHVJoXq_DZ0PSAWPGNwnU-OllbqJVTwhKOA
  • la respiración fuerte, y, por supuesto,
  • los ronquidos.

 

Si no es estrictamente necesario pues no comparto nunca habitación ni cama con nadie.

 

El tema de la habitación, ya que algún susceptible lector se preguntará “porque la habitación”, viene al caso porque como sabéis, soy un viajante del tres al cuarto, y alguna vez me he encontrado en la extraña situación en que la política de la empresa donde fui ha hacer una entrevista de trabajo, era que, para ahorrar gastos, los viajantes o los mismos miembros de una empresa durmieran juntos. Como podéis bien imaginar alguna de mis estadías en el paro, que afortunadamente cuento con los dedos del pie derecho (allí hay menos) se debieron a un rotundo “NO” a esas dormidas en grupo en las cuales nunca he participado. En el terrible caso que ello fuera un accidente, llámese error en las reservas o mala comunicación siempre llevo a mano en mi maleta de mano una tienda de campaña individual “montafacil” de decathlon para montar en cualquier parque del mundo y , solidarizándome con cualquier movimiento “antisistema”, dormir tranquilamente al raso, y participar de paso en alguna asamblea “marioneta” o desalojo de los miembros de la autoridad.

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Con la excusa de la llegada de los niños y el consiguiente panorama nocturno de gritos, toses, diarreas, vómitos, amamantamientos, ruiditos etc…aproveché la oportunidad para dejar de frecuentar el lecho conyugal de forma paulatina, con discreción y mano izquierda, amparándome en la tan consabida excusa del “descanso del guerrero” o en la de “alguien sano tienen que quedar en esta familia”.

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Esta inteligente estrategia de cobertura, inicialmente esporádica, se convirtió pronto en costumbre y ahora, gracias a mi esfuerzo y a mi gran amigo Bofill y a ese gran sofá estilo Chesterfield que me vendió a precio de saldo, disfruto plenamente de este inestimable lujo.

Padezco un par de ligeros traumas, todo hay que decirlo:

  • asocio, sin posibilidad de remediarlo, la respiración fuerte femenina al hecho de tener a mi lado a la GRAN Mari Santpere (que en paz descanse) en su época decadente- si es que la tuvo esplendorosa- lo cual me sume en un estado de ansiedad que no me permite conciliar el sueño.https://i0.wp.com/www.canarias7.es/monograficos/carnaval06/f/1068.jpg
  • Debido a que mi vivienda parece un zoo ya sea por el perro y el gato que comparten la vida con nosotros o por las visitas finsemanales de mi familia, tengo tendencia a terminar durmiendo acompañado de algún animal execrable que no ha entendido su posición en la pirámide jerárquica del hogar.

 

Ya sé que muchos meapilas piensan que mi postura equivale a una degradación de la relación de pareja pero sigo sin entender que carajo tendrá que ver una cosa con la otra. Aunque también es verdad que últimamente, desde hace algo así como 7 u 8 años estoy suplicando a mi santa mujer que me deje volver al lecho conyugal a compartir borborigmos y “otras cosas” porque lo de ser independiente y dormir con el perro en un sofá del tres al cuarto, no gusta.

Un comentari Digues la teva

  1. estrellaesteve ha dit:

    ja ja ja!!! molt bo, pero trobo que t’has deixat un clàssic: duermes?… o dorms?…. que ve seguit del famós.. Ara ja no

    M'agrada

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